Observaciones acerca de los ángeles de Sopó
La creencia en seres espirituales, que están intermediando entre la divinidad de los hombres, se encuentra en todas las grandes religiones del mundo. El concepto y las narraciones de la Biblia de apariciones de ángeles y de ayudas de ángeles, no son ninguna especialidad del mundo espiritual judío-cristiano, pero fueron muchas veces, para la predicación cristiana, un puente de comprensión durante la evangelización de pueblos paganos. Esto vale por ejemplo, para Europa en la Edad Media Temprana, como también para la anunciación de la fe en los pueblos indígenas de los países del Nuevo Mundo, conquistados por los españoles. Contemplada así la alta difusión de imágenes de ángeles en los países andinos, nos parece más consecuente que sorpresiva. También las de las iglesias coloniales de Santa Fé de Bogotá, no son ninguna excepción.
Una posición privilegiada en el arte colonial de Colombia, son las imágenes de los ángeles de Sopó.
No conocemos hasta ahora el origen de estos doce ángeles del siglo XVII, ni el artista, ni el lugar de su producción.
Particularmente característico en este grupo de ángeles, es su alta calidad artística y el uso de nombres hebraicos, con su correspondiente producción en castellano. Excluyendo al Ángel Custodio, quedan once nombres, siete de ellos son relativamente fáciles de explicar. Si la hipótesis de que un mismo ángel puede presentarse con dos denominaciones diferentes, quedan entonces tres nombres que exigen una explicación más exacta.
Los once ángeles con sus nombres – el Ángel Custodio fue pintado sin nombre propio – son los siguientes: Uriel, Fuego de Dios; Udiel, Confesión de Dios; Gabriel, Fortaleza de Dios; Miguel, Quién como Dios; Laruel, Misericordia de Dios; Seactiel, Oración de Dios; Ariel, Comando de Dios, Rafael, Medicina de Dios; Baraquel,Bendición de Dios; Esriel, Justicia de Dios; Adiel, Potencia de Dios.
Arcángel Custodio. Detalle.
¿Pero cómo se llega a estos nombres? El conocimiento de nombres de ángeles es antiguo. Ya Josephus Flavius afirma su presencia en los Esenios. En los libros apócrifos de Henoc encontramos listas de nombres de ángeles y demonios. Según la carta canónica de Judas se concluye, que estos nombres existieron también en la posesión de la (s) comunidad (es) judío – cristianas de Jerusalén. La caída de Jerusalén 70 D. C. no significó solamente el fin del estado judío y ampliamente de su religión – desde este tiempo también el elemento judío – cristiano perdió importancia en la iglesia creciente (en su mayoría pagano – cristiana).
De aquí, también de la predicación de Apóstol Pablo quien combate contra el politeísmo de los pueblos paganos, no puso el acento con tanta fuerza en los ángeles, se comprende que la Iglesia romana perdió mucho del saber de los ángeles, mientras tanto en las iglesias orientales se guardó algo mas que un bien de la tradición, como lo han probado, por ejemplo, las investigaciones de C. Detlef G. Müller para la Iglesia Copta.
Sin embargo también en el Occidente hubo corrientes de una tradición de nombres de ángeles. Durante la renovación de una iglesia, consagrada al santo mártir, carmelita Angelus (+ 1220), s descubrió en 1516 en Palermo un fresco, que mostró siete ángeles, delante del Trono de Dios, con sus respectivos nombres. Esta imagen llamó enormemente la atención, tanto, que se consagró la Iglesia a los siete príncipes angélicos y el Virrey de Sicilia se encargó por mando de Carlos I (V) con el párroco y el sustento de la Iglesia. El párroco de esta Iglesia Antonio del Duca, consiguió del Papa Pío IV en 1560, la construcción de la Iglesia María degli Angeli en Roma, Aquí la imagen de altar muestra a María con los siete ángeles, todos con nombres. Cien años después de la consagración, se borraron nuevamente los nombres de estos ángeles, como consecuencia del progreso de las ideas jansenistas.
Sin poder probarse una dependencia directa de los nombres en los ángeles de Sopó con los de Palermo y Roma, es por demás cierto que en todos los casos, aparecen los siete nombres angélicos de Palermo también en las representaciones de Sopó. Estos son: Miguel, Gabriel, Rafael, Jehudiel, Seactiel (Sealtiel), Uriel, Baraq(i)el. Los tres primeros son conocidos por cualquier versado lector de la Biblia y tienen su fiesta litúrgica el 29 de septiembre.
Je(h)udiel (Hebr.: j´hwdi ´el = él alba a Dios) tiene, según el fresco de Palermo y según un comentario de Apocalipsis del célebre Cornelius a Lápide Palermo S.J., en mano, una corona y en la otra un látigo. El es el remunerador de las obras buenas y malas. Esta descripción coincide con el así llamado Angel de Sopó.
Seactiel. Otra manera de escribir este nombre es: Sealtiel (hebr.: slthi’l = he pedido a él de Dios) se muestra según el fresco de Palermo y según Cornelius a Lápide, en el estado de uno que reza: junta las manos e inclina la cabeza, En la presentación de Sopó. él tiene en su mano un incensario.
Arcángel Custodio. Detalles.
Baraquiel o Baraquel (hebr.: brkj´l = bendito de Dios) tiene, según el fresco y Cornelius a Lápide, su vestido recogido y lleva en su canto rosas. En la representación de Sopó, este ángel lleva también rosas pero en su mano.
Uriel (hebr.: ‘ari’el = león de Dios) val´ío para los judíos semejante como Uriel, como Angel sobre el domingo. El nombre aparece como nombre propio en Esra 8, 16 y fue tratado en la versión de los setenta y de la Vulgata, como nombre sagrado y dejado sin traducción. Es posible que Uriel y Ariel sean maneras diferentes de leer el mismo ángel, pues Ariel aparece también como nombre del lugar del sacrificio (¡fuego!) en el templo del futuro. En el libro de la doctrina arcana judía zohar, se lee: «es extendido como un león poderoso sobre el altar del sacrificio».
Laruel (misericordia de Dios). No se encuentra ni en las listas de los ángeles de Davidson ni de Michl. En el Antiguo Testamento se habla normalmente de «gesed» cuando se menciona la misericordia de Dios. Es aquí donde parece más difícil encontrar un puente. Esriel (hebr.: ‘asr’iel = Dios es mi auxilio). También este nombre falta en las listas arriba mencionadas. Pero podemos encontrar eventualmente una manera de leer en la Biblia en Nehemias 10. 3 (azaryá) En el Apocalipsis de Pedro hallamos un ángel: Esrael. Después de Laurel en Angel potencia de Dios, nos presenta el problema más difícil. Deducimos de la traducción, potencia = griego: exousia; entonces podemos encontrar tres equivalentes en el hebreo: uno sería sch’I’t, después m’sch’I y r’schut.
Ninguna de estas consonantes aparece en las letras todavía existentes de la transcripción hebraica de Potencia de Dios. Pero encontramos en el ambiente circular de los términos de :dynamis» y «strateuomai» (griego) en hebreo «zebaot» y «gebura». Para este último término hebreo, encontramos un ángel llamado: Geburathiel ( hebr.: gbwrthj’el = fuerza de Dios), que representa el poder de Dios.
Sin embargo esta deducción que parece insegura, exigiría también la explicación del porqué exactamente este ángel, perteneciente al libro apócrifo hebreo de Henoc, llegó a los ángeles de Sopó.
Como resultado de nuestra investigación sobre los nombres de los ángeles de Sopó, podemos afirmar que siete nombres angélicos, son comprobables en la Iglesia Católica, como culto – histórico, en otros lugares.
Los nombres restantes esperan todavía una explicación más exacta.